miércoles, 25 de julio de 2012

Y con un disparo, la tristeza desapareció. Pero ella no se despidió, solo se fué lejos por un tiempo.
"La guerra está en mi mente" -dijo- "pero la culpa en mi cuerpo".

En unos años, todos la olvidaron. Sus sueños no llenaron el azul cielo, y sus canciones no culminaron el aire. Solo la nombraban esas pocas personas diciendo nada bueno. Parecía que nunca había hecho algún logro, solo existir.

"Quizá fue una buena decisión" -suspiró- "el mundo está lleno de gente sin cerebro".
Y cerrando los ojos, volvió a recostarse sobre su nube.

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