viernes, 19 de diciembre de 2014

a veces

a veces no entiendo
si es que espero o mato el tiempo
pero sin embargo 
me mantengo paciente, cálida
amarga al tacto, dulce al gusto.

a veces no entiendo

lo que digo entre sueños
cuando la luz se abre paso entre la oscuridad
y un vestigio de irrealidad se atasca
haciendo que mi boca pronuncie secretos que creí olvidar.

a veces no entiendo

cuán grande es el universo
para poder perderme cada noche
entre la inmensidad de la oscuridad,
de las estrellas, de tus ojos y tus labios.

a veces no entiendo

qué es lo que hice mal,
en qué fallé,
pero el castigo lo estoy pagando, y créeme;
amarte duele más que cualquier muerte.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

the death of you and me

abrí mis ojos por la mañana y te imaginé recostado a mi lado. la imagen era tan nítida, casi parecía real. tu cuerpo quieto bajo la débil sábana blanca, tu respiración dulce, lenta, invitándome a imitarla. tus labios rosados, tibios, perfectamente unidos, sellados, recitaban poemas sin moverse. suspiré cuando te esfumaste y te convertiste solo en aire. intenté respirarte. inhalé y exhalé cuantas veces pude, pero era inútil, pues ya estabas dentro mío. 
cuando eramos jóvenes y corríamos con las manos entrelazadas, costeando las calles oscuras, iluminadas por los flashes de los autos. cuando dijiste "escapá conmigo mañana". cuando nuestros alientos se unían. cuando nuestros miedos se volvían pequeños y nuestros dedos se tocaban. cuando permanecíamos callados, y me entendías mientras yo te entendía. cuando nuestros demonios perdían. cuando tocabas mi espalda desnuda iluminada por la luna através de la ventana. cuando el mundo era tan grande y solo lo ocupabamos nosotros dos.   
cuando aún estabas tan vivo como me gusta recordarte. 

ahí el tiempo era infinito. nosotros eramos infinitos. pero la realidad es dura, racional, soberbiamente real. y caímos. y caíste. 
la vida no era infinita.