viernes, 17 de enero de 2014

summertime sadness

a veces los días transcurren con tranquilidad. son pasivos, ecuánimes, apenas si se distingue cuando el día se vuelve noche. pasan corriendo, algunos volando, no dejan rastros ni imágenes que pueda revelar. no hay nudos ni desenlaces, son como estelas de algo muy pesado que alguna vez tuvo lugar en un camino de polvo, pero ya no está más. un sueño recurrente detiene el tiempo y me avisa, me alerta, que hay un precipicio al final de cada esquina y que mis instintos son bruscos, capaces de guiarme hacia una caída. me despierto sofocada, aturdida, pero aún así capaz de seguir con los ojos abiertos. no estoy segura de que las esquinas sean tan peligrosas. quizás al caminar me encuentre con un sueño, un sueño mejor, un sueño dentro de un sueño que me despierte del que estoy viviendo. o del que creo vivir. es solo cuestión de andar, arriesgar, olvidar la solemnidad. los días grises y tan pesados que creemos absurdos, aburridos, pueden llevarnos a crear los mejores sueños.