lunes, 26 de septiembre de 2016

abuelo.

Siento. Siento cosas que no están, cosas que aún no se formaron. Y si presto atención, puedo descubrir que todavía siento cosas que ya pasaron. Entre los hilos rojos de un sol que recupera su fuerza, dislumbro el sentir que deriva de nuestras risas.
Noto tu presencia débil cuando me cuesta concentrarme en la lectura, y en la ceniza del cigarro que se consumió de tanto esperar. Un hueco en el medio del colchón humedecido se aprecia desde lejos, y el polvo en los discos que solías escuchar se acumula, se deja hacer notar.
Me estremezco cuando me encuentro pensando qué te espera más allá. Si será verdad lo que nos cuentan, o si al final solo hay oscuridad. En tus manos aún tibias no puedo imaginar otra cosa que no sea verte reír, al compás del ritmo que marca el palpitar consumido de tu corazón cansado.
En mis sueños todavía seguimos abrazados, en ese calor que genera el silencio de la contención.
Y yo se que va a estar bien.
Vas a estar bien.