jueves, 5 de julio de 2012

Mi reflejo interno

No creo ser la única que alguna vez se miró en el espejo y se puso a llorar. Digamos que es díficil de explicar qué es lo que me pasa por la cabeza en ese momento.
"Soy fea". Empecemos por ahí. Toda la vida me críe pensando que lo que importa es lo de adentro. Muy bien, muy buena frase, me la mastiqué toda la infancia y PUM, llegó la adolescencia. Ahí te das cuenta que todo eso que te dijeron es puro verso. Que si no sos alta, flaca, linda y "fantasma" no sos nadie, y te pueden cagar a palos con las palabras sin importar como reacciones. Convengamos que yo no soy Angelina Jolie, y mi mente se encarga de hacermelo recordar cada vez que me miro en el cristal de vidrio que refleja mi imagen.
"Soy gorda". Acá empezamos con este temita de nuevo. Cabe destacar que no es solo un problema de balanza, parece que es un problema para todo aquél que me ve. Vaca, ballena, gorda, obesa... disculpenme por no ser perfecta. Disculpen por no poder tener la misma perfección que ustedes creen tener. Pero expliquenme, cómo me puedo perdonar a mi misma por hacerme sufrir durante tanto tiempo. Y la culpa recae en todos los que se burlaron, no tanto en la balanza.
"¿Porque solo veo esto, y no mi reflejo interno? No se si muchos lo pensaron, pero yo sí. Cuando me miro en un espejo, veo mi exterior... Me miro a mi, con todas mis imperfecciones físicas, con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta, y con unas ganas incontrolables de romper todo. Ahí es cuando me pregunto, porque no puedo ver quien realmente soy. ¿Por que toda esa belleza interna no se puede ver por fuera? ¿Será el precio de ser lo que soy?

Me cuesta pensar en eso de "soy hermosa, no importa lo que me digan", porque, no nos engañemos, las palabras duelen. Pero lo intento, lo pienso, y termino creyéndolo. Porque es verdad. Las palabras son palabras, yo soy yo. No me puede derrumbar un "gorda", no me puede derrumbar un "fea". Soy algo más en este vida que solo insultos. Soy hermosa por dentro, y por fuera. Me termino autoconvenciendo de que yo se quien realmente soy, los demás pueden ver lo que quieran.

Me miro una vez más y digo: "La belleza no pasa por el peso ni por la cara. La belleza viene de adentro".

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