sábado, 7 de julio de 2012

¿Decepcionar o decepcionarme?

No sabía de que escribir, tampoco quería ser repetitiva porque ya los estoy pudriendo con el tema de "nosotros", así que le pedí ayuda a un amigaso mio y les voy a contar algo acerca de mi infancia, que puede o no, haber afectado quien soy hoy. Vayamonos ocho o nueve años para atrás, en una conversación de mi mamá con la mamá de un "amiguito"...

- Mi hija no me trae problemas. Gracias a Dios, nunca jode para nada. Es un ángel.
- La verdad que sí. Y él también, es un pan de Dios, se porta mejor que nadie, un campeón.
- Esta me pide permiso para ir hasta el baño, imaginate.
- Este lo único que hace es jugar y mirar la tele, ni lo escucho.

Bueno, basta por favor, antes de que vomite. Ustedes se preguntaran cómo hice para retener toda esa conversación en mi cabeza durante tanto tiempo, y la verdad, no sé, pero me acuerdo hasta en qué lugar fue y la vergüenza que yo tenía.
Les cuento un detallito, mi "amiguito" desapareció de la faz de la tierra hace dos años, cuando se cambio de mi colegio porque le hacían bullying y volvía del colegio llorando todos los días. Ahí lo tienen... al "pelotudo". El nene de mamá. El "campeón".

Volviendo a mí, creo que quiero sacar algo de esa conversación y lo que marco en mi durante tanto tiempo. Mi vieja, mi familia, mis amigos, mis maestros, la señora que barre la vereda, TODOS siempre parecen esperar lo mejor de mi. Siempre.
 ¿No entienden que puedo fallar y cometer errores, como todas las personas del mundo? ¿Por qué buscar el éxito en todo? El éxito no hace al ganador. Y quizás por esa presión de tener que hacer todo bien, me mandé las cagadas que me mande, hice todo lo que hice, me porté como me porté y dije todo dije.

 ¿Ven? No es bueno exigir a alguien, no es bueno hacerle presión, ni tampoco es bueno tener expectativas excelentes en una persona, porque todas te terminan defraudando, a la corta o a la larga. Y eso me hace pensar que decepciono fuertemente a los demás, cuando estos tienen toda su fe en mi.

Puedo decir que no es mi intensión decepcionar a alguien, pero no sé en que estará pensando mi inconsiencia ahora y cuál será su siguiente jugada. Pero que intento no fracasar, lo intento. Y me sale casi siempre. 
A veces creo que me sobre-exijo y hago las cosas por placer ajeno y no por mi. A veces creo que todo lo que hago es en vano y no me va a llevar a ser quien realmente quiero ser. A veces quisiera irme bastante lejos para, por primera vez, disfrutar de quien soy sin tener que contentar a nadie.

Me gustaría ser lo suficientemente buena para todos. Aunque creo que primero tendría que serlo para mí.

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