jueves, 26 de julio de 2012

The Shocking Truth



Me gustaría levantarme un día y decir: "Listo, hoy voy a amar mi vida", pero cada vez que lo intento, encuentro otra excusa para estar mal, para decepcionarme a mi misma. Y vuelvo a sentirme una cosa más. Vuelvo a mirarme al espejo llorando. Vuelvo a acordarme de él en vano. Vuelvo a poner los pies sobre la tierra y ver la mierda que me rodea. Pero sigo. Voy a seguir hasta el día en el que Dios piense que dí lo suficiente de mí, y juro que ese día voy a morir con una sonrisa en la cara, porque voy a saber que no me rendí y que no abandoné el mundo de la forma más cobarde, que no dejé de luchar por un minuto. De eso se trata todo: de seguir.


A veces parece que no hay más salida, que todo me pasa a mí y que ya no hay nada más que hacer. Esos días no pienso en "seguir", lo olvido todo. Pienso que el mundo se me cae abajo. Creo que es parte de la vida; ignorar todas las ventanas abiertas cuando al puerta se cierra. 


Al otro día me despierto y todo esta bien. Me olvido de todo eso que dije y sigo mi vida con normalidad. Parece que todo lo que me importaba horas atrás, desapareció. Hasta que me choca la realidad de nuevo y me saco los restos de sueños que me quedaron después de una noche con ellos.


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