domingo, 17 de junio de 2012

Un compañero de la vida, desde el primer día hasta hoy. Un jugador de primeras ligas, siempre dispuesto a sacarme una sonrisa. Un misionero, un cumplidor de sueños, un amigo en las buenas en las malas. Mi enemigo, mi amor en sí. Mis llantos, mis risas, mi felicidad y mis enojos. El que sostuvo mis primeros pasos y el que me va a seguir hasta los últimos. La sonrisa de mis logros, el orgullo de mi vida. El que estuvo, está y va a estar siempre. El hombre de mi vida. Te amo aunque a veces no te lo demuestre, aunque a veces yo no sea todo eso que esperás. Sos todo viejo.

Feliz día,

PAPÁ



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