Con el paso del tiempo logré acostumbrarme a tu ausencia, a saber que no estás. Cambié de desearte, a esperarte. Cambié del
jamás al
quizás. Y aunque me digan que estoy loca, que la vida se está pasando y yo te sigo esperando, el tiempo solo es tiempo y no tengo más que perder.
Solía conformarme con palabras de consuelo, imaginando un mundo paralelo en el que luchábamos por mantenernos juntos. Solía vivir en los sueños y morir en la realidad. Solía dejarlo todo por tan solo tenerte. Aún me cuesta sentar cabeza, separar la realidad con la fantasía, apenas empiezo a ver lo que fue de mi mientras lloraba frente a tus ojos. Pero algo te puedo asegurar, de esto, estoy saliendo.
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