viernes, 29 de junio de 2012

Gordita pero no tonta.

Tengo unas ganas terribles de descagarme sobre un asunto que vivo desde que tengo memoria. Ya no aguanto más estar pendiente todo el día de la puta cosa y bueno, acá va.

Hoy; día tranqui. Llego al cole y mis amigas me dicen: "¡Estás más flaca!". Por un lado, hermoso. Me subieron el auto-estima que tan por el piso se encuentra a veces y me hicieron recuperar ese sentido de belleza sobre mí que rara vez tengo. Pero por el otro ladito, hace más de dos meses me estoy cagando de hambre para bajar diez putos kilos. ¿Por que? Simple y llano como la mente de todos los discriminadores: si no sos flaca, NO EXISTÍS. Parece que por tener más masa corporal, te convertís en una clase de muerto viviente capáz de soportar apodos horribles, jodas sin nada de gracia, la exclusión de actividades físicas porque te agitás más rápido que el Señor Burns, etcétera. Digamos que en una sociedad tan poco ética como en esta que vivimos, si tenés algo que no se asemeja al estereotipo de perfección que tienen todos localizados en la mente, sos merecedora de una patada en el culo. ¿Es justo? Claro que no. ¿Es justo que cuando hoy mi vieja me dijo que ibamos a ir a comprar ropa, yo ponga cara de ojete cuando en realidad tendría que estar contenta? Absolutamente NO. ¿Y por que puse cara de ojete? Porque entrás a un local de ropa y las vendedoras o cualquier alma con el ego por las nubes, te empiezan a mirar como diciendo: "Uh, mirá esta pobre gorda, va a estar cinco horas buscando que ponerse, va a desarmar todo y se va a ir sin nada. Mejor que deje de comer". De acá podemos sacar muchas cosas. Pero yo voy a nombrar dos. Uno: La "gorda" (como ustedes le ponen a una persona que no está en su peso físicamente correcto por el protocolo de salud), tiene sentimientos, tiene ganas de comprarse ropa, Y QUE LE ENTRE. Pero lo que pasa es que nos terminamos llevando lo que nos queda, no lo que nos gusta. Mientras estamos en el probador, viendo como nos queda una remera toda apretujada, con los rollos todos para afuera y con una depresión de la puta madre, del otro lado dicen: "¿Me traés un talle más chico? Este me baila". Nada en contra de la chica que tuvo la mala suerte de que el pantalón se le ponga a bailar un malambo, pero lo que me enferma a mí, y seguramente a mil chicas más, es que la vendedora le traíga a la velocidad de un tren bala un talle más chico, cuando nosotras tenemos que estar buscando un talle 3 que sea lo suficientemente sueltito para que nos haga ver un poco más normales. Cinco centimetros de tela para una remera, o dos pliegues más para un jean, en ese momento harían felíz a cualquier "gordita". Y bueno, vamos por el punto dos: Lo más injusto de todo esto, ciertamente, es que salgamos tristes y deprimidas, cuando tendríamos que salir alegres por tener algo nuevo que usar, como cualquier adolescente o persona grande lo estaría.
¿A que punto llegamos? Ya no somos capaces de tener integridad. Tenemos que meternos en dietas que nos dan dolores de cabeza, usar ropa de la abuela, ir a psicologos por la falta de autoestima, o lo peor; terminar cayendo en enfermedades como la bulimia o anorexia. Es injusto, MUY injusto, que por una imagen prediseñada que tienen todos, una persona que tiene unos kilos demás, no puede ser normal.
Y aunque más de uno de ustedes debe estar pensando: "Deja de morfar gorda, movete, cerra el buche", no es así de fácil. ¿Por que tengo que cambiar? ¿Por que no puedo comer como a mi me gusta? ¿Por ser diferente? Vamos. En algún punto de la vida TODOS vamos a tener que aceptar que vean lo que vean por fuera, por adentro somos iguales. Vean la grasa que vean, por adentro todos somos huesos. No se dan una idea la impunidad que me da ver a una nena de 12 años en un grupo de psicologos contra el sobrepeso y la obesidad (al que yo asisto, y no me averguenzo de decirlo, porque es algo que hago para MI y por mi salud), que sufre de depresión y tiene tendencias suicidas. Todo única y exclusivamente porque los compañeros de su colegio decidieron hacerle la vida imposible por ser diferente a ellos, por no seguir esa imagen de "normalidad" que todos tienen. Y acá tienen a la que escribe, la que se cortó las muñecas porque además de tener los quilombos que tuve, también pase (y paso) por la negación de la sociedad contra mis caracteristicas físicas. Tanto de las chicas que me dicen "salí de acá gorda", como los chicos, que a veces son más crueles, que sabiendo que te morís por ellos no te dicen ni un hola, pero bien que deben hablar con los amigos sobre "la bola de frailer que me habla". Todavía me plancho el pelo para quedar por lo menos más linda de cara. Todavía le tengo terror al verano. Todavía uso ropa negra a pesar de que hagan 40 grados.
¿Que tiene de malo ser gordo? Me gustaría saber porque cuando todas dicen "Ay, estoy re gorda", lo dicen como algo malo. La belleza no pasa por el peso.
Es así y no creo que cambie. Esto viene de vieja data y cada vez crece más. Lo único que pido, LO ÚNICO que espero de aquellos que lleguen a leer esto, es que piensen en que cada vez que le digan "gorda" o alguno de esos apodos TAN INVENTIVOS que tienen, piensen en todas las cosas que esa misma persona podría estar pensando, todo aquello que podría llegar a hacer por sentirse marginada.


65 KILOS.



No hay comentarios:

Publicar un comentario