domingo, 18 de marzo de 2012

fifteen.

Hoy se me va lo poético. Es que quiero que entiendan al menos un poco, o algo más, de lo que siento cuando escribo en mi libro. Todo estaba bien antes, escribía como cinco páginas todos los días. Ahora con suerte solo puedo escribir un párrafo.
Me hace sumamente  mal releer, buscar información, imaginar momentos... todo me remonta el pasado o me lleva a esa utopía. No quiero volver a vivir todo lo que vi viví, pero tampoco quiero dejar de hacer lo que más amo: escribir. Más allá de que tenga el blog, en ese "libro" del que tanto hablo, está escrita mi vida soñada. Más cursi imposible, ¿No? Pero bueno, es la verdad. Son sueños plasmados. Únicos e imposibles. Imposibilitados por el tiempo y la distancia, por sobre la que nadie puede.
Así es, y todos los días tengo que aceptar la cruda realidad. Me cueste las marcas que me cueste, el sueño que me cueste, o esa lágrima monótona que se escapa día a día, queriendo tomar su propio rumbo hacía aquel valle inalcanzable.


No hay comentarios:

Publicar un comentario