miércoles, 15 de febrero de 2012

seven.

He buscado por todos lados una nueva razón de ser. Me metí dentro de jardines e investigue desde la más minúscula rosa hasta el más grande árbol, tratando de hallar algo. Me metí dentro de la miel y jugué a ser una abeja. Sentí lo que es volar, sentí lo que es ser libre y al mismo tiempo, ser hostigado. Sentí lo que se siente tener una libertad incondicional, y al mismo tiempo estar obligado a algo, estar atado a eso. Comprendí la razón de ser de las abejas: cuidar a la reina.
Me metí dentro de los más profundos océanos, encontré un coral. Sentí como se siente tener un amplio espacio y no poder usarlo. Sentí como se siente usarme, y ser usado. Sentí como se siente derramar lágrimas sin que se noten. Comprendí la razón de ser de los corales: no notarse y aun sobrevivir.
Me metí en los sueños de una mujer. Sentí lo que se siente desear. Sentí lo que se siente anhelar el amor. Sentí el sollozo de la espera de un milagro. Comprendí la razón de ser de los sueños: alimentar la fe.
Me convertí en una persona. Sentí lo que se siente crecer. Sentí el sufrir. Sentí el amor. Sentí como se siente tener una sonrisa por fuera y llorar por dentro. Sentí el palpitar desbocado de un corazón cuando el alma se llena de palabras de amor. Sentí lo que es soñar y desear. Sentí la decepción. Comprendí la razón de ser de una persona: ser feliz.


Esto no tiene nada que ver con las otras entradas, pero necesitaba largar palabras. Esto es lo que hago, esto es lo que pienso hacer por el resto de mi vida: escribir. No me importa el ser buena o mala, me importa sentirme bien. Y esto me hace sentir bien. Más que bien.


Acá escribo más poemas, si alguien quiere leer: http://sever-ties.blogspot.com

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