Muchas veces miro por mi ventana y un sol brillante se revela contra un muro de solturas anarquistas que tratan de cubrirlo todo. Es la rebeldía contra quien realmente soy yo. Muchas veces intento mostrar alguien que realmente no soy. Muchas veces me siento tan presionada por todos que busco ser ese yo paralelo que siempre quise ser y lo adecuó a la realidad. Muchas veces es suficiente para mi, pero al final del día nadie se cree mi papel de "chica que soporta todo y finge ser feliz". Sufro como cualquiera, miento como cualquiera. Me gusta mentir. Me gusta asimilar los sueños con el día a día. A veces mentir es la mejor manera de convencernos a nosotros mismos de que vivimos en un lugar muy parecido a ese que abre el paraíso de nuestras mentes.
No me siento cómoda cuando me recriminan por cosas que dije o hice. No me siento cómoda cuando en el recreo todos me miran con cara de nada pero por dentro repasan cada defecto que tengo.
Quiero ser yo y a la vez quiero ser ese yo. Son dos personas dentro de una que pelean por ganar el control de mi mente. Pretendo ser quien quiero pero siempre termina ganando quien soy. No existe esa tal "delgada linea que separa la realidad de la fantasía", es solo realidad e imaginación que forma parte de un pedazo más de realidad.
Nada es suficiente para nadie. Todo tiene un error. Todo cumple el papel de algo cuando en realidad nada tiene sentido. Si es blanco, te reprochan que es blanco. Si es negro, te reprochan que es negro. Después de mucho pensar te das cuenta de que es mejor ser invisible o es mejor no ser nadie, porque si sos algo ese algo para alguien va a ser nada, o va a estar mal. Todos quieren la perfección pero cuando se equivocan te refriegan eso de que son humanos y cometen errores. Por eso uno crea ese alter-ego perfecto que es todo eso que queremos ser más todo eso que los demás quieren. Pero decido ignorar y vivir de la manera que el día me diga que tengo que vivir. Después de todo, si este es mi mundo, probablemente los de afuera sean solo parte de la nada y lo único importante soy yo. Siempre lo fuí. Esta es la historia de mi vida, y si la voy a escribir, prefiero ser yo la protagonista que termine triunfante y feliz.
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