Concepción

son contadas las veces en las que la belleza puede sentirse como algo que verdaderamente está presente en todo momento. a veces está, a veces es inútil. es fugaz cuando quiere, efímera e insufrible. lo cierto es que la necesidad de tenerla por la razón que sea se vuelve intolerable. las personas rara vez logran darse cuenta de que tienen algo hasta que lo pierden, o en su defecto, hasta que llegan un límite.
su límite, el limite de la chica de mejillas rosadas y ojos grandes, fué el dolor. pero eso no la ayudó ni la ayuda a superarse. al contrario. todo lo contrario. ella siente más dudas. dudas sobre por qué no puede ver la belleza que los demás dicen que tiene. se siente atormentada por tantas voces que no entiende que es realmente esa cualidad. <<capáz ni siquiera existe>> piensa todos los días. lo cierto es, que con o sin belleza, se siente invisible. pero descuiden, es ecuánime y ligera (já, ligera).
ella echa una mirada sobre el espejo, inconforme y surrealista, con gusto a amargura y lágrimas dulces. es doloroso e injusto que se mantenga presa de su propio mundo, de su propio infierno.
<<¿qué carajo es la belleza?>> piensa una vez más.
en las revistas aparecen consejos sobre como lucir mejor. que ropa comprarse. que maquillaje debe usarse. hay modelos con ojos saltones y la piel forrada a los huesos. el las otras páginas, entrevistas hacia celebridades. cada una de esas personas admite que son talentosas, hermosas y que si no tuviesen el maquillaje apropiado o aumentasen unos kilos, el fin del mundo les habría llegado. ella toma su cabeza entre sus manos y grita mirando al cielo: ¿esto es belleza? ¿esta mierda superficial es belleza? ¿personas diciéndose a si mismas que son "perfectas"?
entonces recolecta todas las piezas dentro de su mente. reconoce que todo lo verdaderamente bello es invisible ante los ojos de su poseedor. una mariposa no puede ver sus alas. una mariposa no sabe lo hermosa que es, pero aun así los demás cuando la ven, lo saben. una mariposa abandona la vida sin saber que fué dueña de la belleza más simple y libre del mundo.

"nada es real al menos que se sienta, -piensa, de nuevo frente al mayor de los testigos- no siento belleza. la belleza no existe. quizás otros piensen que son dignos de tenerla -derrama una lágrima al mismo tiempo que acaricia un mechón de su pelo-. quizás no soy digna de un sentimiento tan hermoso. quizás la belleza es para la gente hueca, la que no ve con el corazón y solo usa los ojos. la belleza requiere de mucha perfección. la perfección es lo más irreal del mundo, y yo soy demasiado real" concluyó. y rompió el maldito espejo que la condenó a su propia destrucción.

"Se siente atormentado por una inquietud que no sabe si es tristeza o deseo; pero está cierto que ha perdido su ecuánime serenidad y que sufre... y espera... no sabe el qué". Castella de Zavala, Concepción (1939) Cruz de flores.